martes, 30 de junio de 2009

Capítulo 9, LA PROPIA NATURALEZA.

No es bueno llevar las situaciones al extremo, preferible es dejar que sigan su curso natural.
Una espada que se afila continuamente, terminará por perder su filo.
Cuando el oro y el jade llenan una casa, nadie hay que pueda protegerla.
La riqueza y el honor, junto con el orgullo, inexorablemente traen consigo la destrucción.
Realiza buenas obras y adquiere una reputación honorable, entonces, retírate: este es el Camino del Cielo.

Comentarios:

1. Esto es, en todo momento, someterse con humildad a la Voluntad del Tao.
2. Es decir, el sabio no debe tratar de forzar las situaciones, antes bien, debe ser paciente y actuar en concordancia con el curso natural de las cosas; eso es el Sendero del Cielo.
2. El corazón del ser humano se deblita a medida que acumula bienes terrenales. Cada fortuna material que se adquiere suele ser una fortuna espíritu que se pierde. No es posible andar en los dos senderos al mismo tiempo. Recordemos la célebre frase del Corán: ¨la mayor pobreza es la riqueza sin Dios¨.
3. Es bueno realizar obras para bien de nuestros semejantes, sin embargo, debemos estar muy atentos para no apegarnos a dichas obras. De otro modo, aquello que nos liberaría del error, podría convertirse en pesadas cadenas.

miércoles, 24 de junio de 2009

Capítulo 8, LA VIRTUD DEL AGUA.

El Bien más elevado es como el agua. El agua beneficia a todas las criaturas, pero nada desea para sí misma. Ella va a lugares donde nadie más quiere ir. Ese es el motivo por el cual está siempre cerca del Bienaventurado Tao.
Cuando debas hacer tu morada, busca, por sobre todo, un lugar sencillo, santificado y puro.
En el camino del sentimiento, haz que tu corazón sea profundo, y además, que no cambie.
En la amistad, guarda los buenos términos con las personas.
En las palabras, sé veraz.
En el gobierno, vela ante todo por la rectitud y el buen orden del reino.
En las ocupaciones, toma las cosas con calma.
Y en las acciones que realices, haz uso de la buena oportunidad.
De este modo, evitando lo conflictos, te hallarás en paz.

Comentarios:

A menudo se habla de la necesidad de lugares puros y santos para la práctica de disciplinas espirituales. Se dice en Oriente que las orillas de los ríos sagrados, las altas cumbres, los bosques, los Templos y monasterios son especialmente aptos para la práctica de disciplinas espirituales.

lunes, 22 de junio de 2009

Capítulo 7, NO VIVIR PARA SI MISMO.

El Cielo es eterno y la Tierra permanente.
La razón por la cual ellos son eternos y permanentes es que no viven para sí mismos.
Por lo tanto, viven para siempre.
Del mismo modo, el Sabio siempre se mantiene a si mismo a la zaga de los demás y, por lo tanto, está adelante y puede guiarlos.
Él se olvida de si mismo, y de este modo siempre se halla amparado y protegido.
¿No es acaso debido a que él no se interesa por si mismo, que las intenciones puras de su corazón son realizadas?

domingo, 21 de junio de 2009

Capítulo 6, LA MADRE MÍSTICA.

Dice una antigua enseñaza: ¨el Espíritu y la Materia, nunca mueren¨.
Ellos conforman lo que se llama: ¨la Madre Mística¨.
De Ella proviene el origen del Cielo y de la Tierra.
Ella, en verdad, es eterna, y aunque siempre se halla creando, jamás se agota.

Comentarios:

El Espíritu y la Materia son las dos entidades que conforman el universo. Ambos, son eternos, ya que son la imagen visible de la única realidad: el Tao.
¨La Madre Mística ¨es el mismo Tao, en Su aspecto de madre y Origen de todos lo seres.

sábado, 20 de junio de 2009

Capítulo 5, ECUANIMIDAD.

El Cielo y la Tierra poseen absoluta ecuanimidad; para ellos, todas las cosas son como perros de paja.
También el sabio posee absoluta ecuanimidad; para él las demás personas son como perros de paja.
El espacio entre el cielo la tierra es como el fuelle de un herrero; aunque parece estar vacío, jamás deja de estar lleno. Son infinitos los bienes que habitan en él.
Quien habla en exceso, pronto quedará exhausto. Por ello, es bueno que el Sabio atesore en su corazón los dones que el Cielo le ha otorgado.

Comentarios:

Es decir, todas las cosas son insustanciales. Carecen de eternidad; se hallan sujetas al cambio y la disolución. Del mismo modo en que las olas del océano se mueven continuamente, aparecen y desaparecen, así también, los seres nacen y mueren. Tan sólo el océano (el Tao), permanece. Y es a ese infinito Océano de Bienaventuranza del Tao a quien el Sabio anhela llegar.
La ecuanimidad es una característica esencial del aspirante espiritual. El ver las diferencias entre las cosas es propio de aquel que se halla inmerso en la ilusión del mundo. El sabio, en cambio, percibe la Esencia Inmutable que se encuentra allende las cambiantes formas.
Recordemos que el silencio debe ser, por sobre todo, mental. Con respecto a la necesidad de dicho silencio leemos en Dhammapada 10, 6: ¨Si tu mente se ha vuelto silenciosa como un gong quebrado, entonces, habrás alcanzado el Nirvana. Cuando eso suceda ya no habrá cólera en tu interior¨.

jueves, 18 de junio de 2009

Capítulo 4, El Vacío del Tao.

El vacío del Tao no es algo fácil de llenar.
En su insondable profundidad, Él parece ser el origen de todas las cosas.
Y a la vez, permanece siempre inmutable.
No conozco de quién ha nacido; pero parece ser el predecesor de la Naturaleza.



Comentarios:

El ser humano no puede develar la naturaleza del Tao a través de su mente. Así, Aquel se torna inexplicable, o sea, que para la mente es un vacío, algo ignoto, indescifrable. Al Tao se llega tan sólo a través de la total Realización Espiritual, que hace posible comprender las palabras de Jesucristo cuando nos dice: ¨Mi Padre (Dios) y Yo (el Hombre Perfecto) somos Uno¨.
¨Parece ser¨, ya que el Tao, el verdad, se hala más allá de toda manifestación. Sin embargo, sólo de Él procede todo lo manifiesto.

Capítulo 3, ¨Huir de la Fama¨.

Nunca olvides que el Sabio protege lo más sagrado que habita en su corazón huyendo del renombre y de la fama.
Porque el mejor modo de proteger a las cosas valiosas, es no proclamar su valor en alta voz.
Jamás busques satisfacer tus deseos; de este modo protegerás tu corazón de la confusión.
Esta es la razón por la cual el Sabio guía a los hombres haciendo simples los corazones, cuidando sus cuerpos y disminuyendo las ambiciones materiales.
El siempre mantiene a las personas alejadas de lo que es malo y en cercanía de lo que es bueno; de este modo, no le da oportunidad de actuar a la errabunda mente.
Él obra a través de la no-acción, por lo tanto nada hay que deje por hacer.


Comentarios:

El disminuir los deseos del corazón como medio de acercamiento a Dios es una enseñanza constante en todos los Libros Sagrados. La satisfación de los deseos produce agitación mental, y la misma es causa de desarmonía y dolor. Leemos en el Dhammapada 16, 6: ¨Del deseo nace el dolor, y también del deseo nace el temor; para aquel que se halla libre de deseos no existe el dolor, y mucho menos el temor¨.
Quien ¨deja las cosas por hacer¨ es aquel en quien los deseos se suceden unos a otros en forma ininterrumpida, e intenta realizarlos. Apenas jamás puede finalizar su obra, y la desarmonía hará presa de su ser.

Caítulo 2, ¨Los Pares de Opuestos¨.

Recuerda que cuando se define como ¨belleza¨ a la belleza, entonces, la fealdad comienza a existir.
Y Cuando se define como ¨buena¨ a la bondad, entonces, la maldad comienza a existir.
De este modo, lo Manifestado surge de lo Inmanifestado; y lo complejo de lo sencillo; y lo corto de lo largo.
Y también, lo bajo se diferencia de lo alto debido a su posición; la resonancia armoniza el sonido; y el ¨después¨ sigue al ¨antes¨.
Por lo tanto, el Sabio realiza sus obras sin actuar; y enseña sin pronunciar palabras.



Comentarios:

Belleza y fealdad, bondad y maldad, amor y odio, calor y frío, placer y olor, etc, todos ellos son pares de opuestos que se dan en el mundo de la manifestación relativa. La mente, en su continua inquietud, los nutre y alimenta mediante pasiones y deseos. Enseñan los Libros Sagrados que para purificar mente y corazón, el ser humano debe hacer el bien y obrar con rectitud, más, cuando alcaza la unión con lo Eterno, el Tao, todos los pares de opuestos se desvanecen, y únicamente el Sumo Bien permanecerá.
Este ¨no actuar¨ se refiere esencialmente a una acción libre de los lazos del deseo y que no ha sido motivada por el propio ego, sino que surge naturalmente del fluir de la Vida Universal, de la que forma parte el ser humano. El Bhagavad Gitá nos habla repetidamente acerca del sendero de la acción en la repetidamente acerca del sendero de la acción en la inacción. En su capítulo 4, nos dicen: ¨Quien ve la inacción en la acción y la acción en la inacción es sabio entre los hombres, y en armonía permanece mientras ejecuta toda acción¨. (Bhagavad Gitá, Capítulo 4, sloka 18).
Enseñar si pronunciar palabras se refiere a que en el hombre de realización espiritual no s la inquieta mente (la cual se expresa a través de las palabras), la que actúa, sino el corazón en armonía con el Tao. Acerca del estado de la persona que llega a la Iluminación Espiritual, el Brihadaranyaka Upanishad dice: ¨Allí (en ese estado), sin hablar habla, pues la verdadera palabra es imperecedera, inseparable del poder del que habla. Allí no hay segundo alguno, pues la persona está totalmente sumergida en lo que habla¨ (Brihadaranyaka Upanishad, Capítulo 4, 3, 27),

Capítulo 1, ¨El Tao¨.


Hijo mío, en verdad te digo que el Tao que puede ser expresado no es el Tao Eterno.
Y el nombre que puede ser pronunciado no es el Nombre Eterno.
Lo inmanifestado es llamado ¨el predecesor del Cielo y de la Tierra¨.
Mientras que lo Manifestado es la Madre del todos los seres.
Por lo tanto, contemplemos serenamente el misterioso comienzo del Universo a partir de lo Inmanifestado.
Y veamos también cómo de lo Manifestado surgen las aparentes distinciones de todos los seres.
En su origen, ambos –lo Inmanifestado y lo Manifestado- son idénticos, pero se torman diferentes cuando se desarrollan.
Esta identidad es llamada ¨Profundidad¨. La Infinita Profundidad es el portal de donde proviene el comienzo de todos los seres.


Comentarios:

Este primer capítulo del Tao Té King presenta el carácter metafísico del tratado. Se comienza hablando del Tao, el cual es Principio, Medio y Fin del Universo, y al mismo tiempo, Aquello que todo lo trasciende. Es el substractum de todos los seres, y también, quien los guía y rige en cada una de las acciones.
Los nombres y las formas son propios del mundo manifiesto. El Tao se encuentra allende el plano relativo, de allí que ningún nombre es capaz de designarlo.
Lo inmanifestado es el aspecto Trascendente e inmutable de la Eternidad, el Tao, Dios Absoluto.
Lo Manifestado, la Manifestación, esto es, el universo perceptible, nace del Tao y al Tao ha de regresar. Este regreso al Origen es el Camino transitado por el aspirante espiritual.

EL TAO TÊ KING.


Es un breve tratado de ochenta y un capítulos –se dice que uno por cada año que Lao Tse permaneció en el vientre de su madre en divina contemplación-. Él nos brinda el modelo de vida que debe llevar el discípulo espiritual que anhela transitar la senda que conduce a la santidad, la cual no es sino la Unión con el Bienaventurado Tao.

El nombre ¨Tao Té King¨, se halla conformado por tres vocablos. Por ¨Tao¨ hemos de entender Aquello que es Principio, Medio y Fin del Universo. Es la Esencia sutil de todas las cosas. Él es inmóvil, pero al mismo tiempo es causa de todo movimiento. Es quien rige los destinos de todos los seres. Siendo Inmanifestado, se hace visible en forma de Sus criaturas. Él es el Dios Absoluto de las Grandes Religiones, es Brahman de los hindúes, lo Uno de Plotino. Es la Morada de la Eterna Paz y Felicidad. El Tao es , por ende, la única Meta del Sabio que busca la Iluminación.

En segundo lugar encontramos la palabra ¨Te¨, cuyo significado aproximado es ¨La Virtud del Tao¨. Dando ello a entender, por una parte cuál es el modo de actuar del Tao, y por otro, el Sendero que conduce al ser humano hacia la comunión con Él. Se lo considera también como el aspecto activo del mismo Tao.

Finalmente, el término ¨King¨, significa ¨canon¨, ¨libro¨, o ¨tratado¨. El mismo se aplica a las grandes obras clásicas.

De este modo, el título del Libro nos indica que trata acerca de la Naturaleza del Tao y el modo en que el Sabio debe actuar para alcanzar el estado de Bienaventuranza.

En él nos dice que el discípulo debe, ante todo, proceder con humildad. El orgulloso y el vanidoso jamás podrán alcanzar la Verdad, ya que ésta se halla completamente velada para quienes confían erradamente en sus propias fuerzas, desconociendo la regencia universal del Tao.

De igual modo, nos enseña que las acciones del ser humano no deben ser motivadas por el deseo o el apego al fruto, sino, por el contrario, acogiéndose en todo momento a la Voluntad del Tao. Esta forma de actuar recibe el nombre de no-acción (wu-wei), la cual, lejos de ser una negligente inactividad, es l Verdadera Acción, consciente de la propia naturaleza espiritual y plena de armonía con el Espíritu Universal.

El contacto con los objetos de los sentidos, la complacencia en sensualismos, el ¨volcarse¨ anárquicamente hacia lo exterior, olvidándonos del tesoro que guardamos en nuestro corazón, hacen que el ser humano deje de estar en comunión con el Tao, y por ende, camine hacia su propia destrucción.

Por el contrario, la sencillez, la diafanidad, los modos de vida simples, la quietud de la mente, la ecuanimidad, son todas virtudes que conducen a la contemplación del Sumo Bien. El ser humano verdaderamente espiritual no busca las apariencias y en todo momento actúa según sea su propia naturaleza, siempre en armonía con el Eterno.

En este tratado, el Tao es mencionado de diversas maneras. A veces se lo llama ¨La Suprema Vertud¨, en otras ocasiones se hace referencia a Él como ¨La Madre Mística¨, ¨Madre Universal¨ o ¨Mare del Universo¨. En otras más, se lo llama ¨Padre de todas las cosas¨, también se lo menciona como ¨Lo Eterno¨, ¨Lo Inmanifestado¨ y también, sencillamente: ¨El Tao¨. Pero no debemos olvidar que todos estos son distintos Nombres para designar a Aquello Absoluto que, como dice en el primer capítulo, está más allá de todos los nombres y las formas.

La Presente edición en castellano está basada en la traducción directa al inglés realizada por Chu´Ta-Kao en el año 1937. No ha sido nuestro anhelo presentar una versión erudita y literal del original, sino, simplemente, colaborar para que la inefable Sabiduría del Maestro Lao Tse pueda llegar a un mayor número de almas, brindándoles luz en su paso por el mundo. Tal es también la razón por la que se han incluido abundantes notas al pie –en gran parte, citas comparativas de Libros Sagrados de otras Religiones-, con la esperanza de que puedan arrojar mayor claridad sobre las enseñanzas del Tao Té King, y, de este modo, ayudar al desarrollo del sincero Aspirante Espiritual.