jueves, 18 de junio de 2009

Capítulo 3, ¨Huir de la Fama¨.

Nunca olvides que el Sabio protege lo más sagrado que habita en su corazón huyendo del renombre y de la fama.
Porque el mejor modo de proteger a las cosas valiosas, es no proclamar su valor en alta voz.
Jamás busques satisfacer tus deseos; de este modo protegerás tu corazón de la confusión.
Esta es la razón por la cual el Sabio guía a los hombres haciendo simples los corazones, cuidando sus cuerpos y disminuyendo las ambiciones materiales.
El siempre mantiene a las personas alejadas de lo que es malo y en cercanía de lo que es bueno; de este modo, no le da oportunidad de actuar a la errabunda mente.
Él obra a través de la no-acción, por lo tanto nada hay que deje por hacer.


Comentarios:

El disminuir los deseos del corazón como medio de acercamiento a Dios es una enseñanza constante en todos los Libros Sagrados. La satisfación de los deseos produce agitación mental, y la misma es causa de desarmonía y dolor. Leemos en el Dhammapada 16, 6: ¨Del deseo nace el dolor, y también del deseo nace el temor; para aquel que se halla libre de deseos no existe el dolor, y mucho menos el temor¨.
Quien ¨deja las cosas por hacer¨ es aquel en quien los deseos se suceden unos a otros en forma ininterrumpida, e intenta realizarlos. Apenas jamás puede finalizar su obra, y la desarmonía hará presa de su ser.

1 comentario:

  1. No necesito de deseos porque soy integra, la satisfación de los deseos no me compone, no los necesito para reafirmar mi verdad porque yo soy la verdad misma.

    ResponderEliminar